El Carnaval del Valle de Bielsa es una festividad antiquísima que se celebra el fin de semana anterior a la Cuaresma en la Villa de Bielsa. En estas fechas se revive una tradición que ni la dictadura ni la Guerra Civil Española pudieron destruir o paralizar. Esta celebración ha conservado la pureza de sus ritos y simbología pagana. A día de hoy, los personajes y la esencia no han cambiado. Los saberes y costumbres se han transmitido de generación en generación y los jóvenes han sabido como conservarlos.
El Carnaval del Valle de Bielsa en una festividad cargada de simbolismo pagano, (fin del invierno e inicio de la primavera, el fuego como remedio a los males, cultura y divinidad por la naturaleza). No hay escritos ni documentos que arrojen luz sobre el inicio de esta tradición, pero los pilares de esta festividad nos revelan que su origen es antiquísimo. El Carnaval significa el fin del invierno y el inicio de la primavera simbolizando a estos como el mal y el bien en el año; entendiendo que el invierno es una época ``muerta´´, la naturaleza está dormida, los animales siguen en su letargo y el frío no deja cultivar los campos, en definitiva, es un periodo triste. Con el inicio de la primavera la naturaleza despierta, los animales salen de su letargo, las flores comienzan a germinar y los frutos maduran para dar alimento y color a la vida natural. En definitiva, el Carnaval es una explosión de música, ruido, movimiento y jolgorio, es la demostración de que el bombeo de la vida rural late fuerte tras el invierno.
La festividad comienza el jueves, cuando los jóvenes del pueblo elaboran al personaje más famoso de todo el carnaval, Cornelio Zorrilla. Un personaje fabricado con paja y humanizado ( vestido con ropa, a veces fumando o bebiendo...) que representa todo el mal ocurrido en el Valle durante el año. A este personaje se le juzga y condena a permanecer colgado en la ventana del ayuntamiento toda la fesividad para luego ser quemado en la hoguera, dando así una importancia y una capacidad purificadora al fuego, representando así la purificación del mal y el fin de los males acaecidos durante el año.
El sábado y el domingo comienza la explosión cultural y simbólica con la aparición de los demás personajes importantes por las calles de la Villa.